Thursday, April 16, 2009

Meet Cute


Tras el agitado día que fue este jueves 16, tras esta agitada tercera semana del mes de abril, tras el deprimente y nada casual inicio de este año 2009, lo menos que pude esperar fue que me sucediera lo que en el siguiente relato les contaré y aconteció ahora al atardecer.

Día normal, volvía de la universidad en la cual había dejado las anteriores 9 horas y que para el momento se acercaban a las 6:15pm.

Al caminar la misma cuadra que había caminado los últimos 16 meses rumbo a mi hogar después de bajarme del bus, fue mi gran sorpresa la de un cánido amigo frente al garaje de mi casa, el cual daba vueltas concéntricas buscando algo en el suelo y al verme llegar, comenzó a mover la cola de lado a lado con una rebosante alegría, gesto al que no pude resistirme y respondí con un cálido ‘¡hola!’, mientras posaba mi mano sobre su cabeza para acariciarlo. Inmediatamente levantó sus patas delanteras y las puso sobre mi pierna, lo sobé y lo puse otra vez en el suelo. Un lindo cachorrito color café claro, una mezcla entre maltés y algo más, cuyos ojos se fijaban en los míos mientras yo sacaba mis llaves que divagaban dentro del bolsillo derecho del pantalón.

Fue en el preciso momento que puse la indicada en el picaporte, cuando el peludo compañero se sentó a un lado de la puerta esperando a que esta se abriera, para lo cual solo pude decirle: ‘¡hey! No te puedo dejar pasar… ¡vé a tu casa!”. Él replicó con una voltereta divertida para pararse viéndome a los ojos nuevamente. El vecino estaba en su puerta (ese que ves cada 3 o 4 meses cuando pasan cosas extrañas), por lo que asumí que era suyo hasta que entró y me dejó solitario con el curioso visitante. Coloqué la llave en la cerradura nuevamente y la escena se repitió, se sentó justo en el lugar donde la puerta se abre, viendo hacia la dirección que seria ‘adentro’ y quedé en el dilema en qué era lo que tenía que hacer.

De la nada, cruzando la esquina, aparecieron dos hombres que pasaron a mis espaldas sobre la acera, los cuales fueron perseguidos por el perro aún sin nombre, y todo lo que me quedó fue entrar a mi casa, sin antes quedarme viendo como se alejaba mientras le decía ‘adiós’ de manera solemne.

Durante los siguientes 10 minutos seguí pensando en todo lo sucedido cuando escuché el característico silbido de mi padre que se encontraba en la puerta, y otra vez, y una vez más, cuando salía apresuradamente de mi cuarto para averiguar cuál era la razón de tal barullo. Al llegar al garaje, lo encontré con el can, tratando de evadir a mi padre, que se colocaba frente a él para que no pasara y se movía de lado a lado cuando el perro trataba de continuar su camino por el costado.

Finalmente, en un descuido, se escabulló entre sus pies y pasó corriendo tan rápido como pudo y cuando se detuvo, fue solo para lamer mi mano izquierda que colgaba mientras yo analizaba la situación escépticamente.

“¿Bueno… y ahora qué hacemos?” dijo mi papá sin una señal clara de cuál sería su próximo movimiento, “no lo podemos sacar a la calle…”, y ciertamente, no lo podíamos sacar al a calle otra vez, por lo que al final, decidimos cuidarlo y encontrarle un nuevo hogar.

Su pata derecha cojea y tiene raspones en la cabeza, lo que no deja duda de que en su vagancia, posiblemente fue golpeado por algún inescrupuloso conductor, entre otras cosas, como su pelo largo lleno de ‘rastas’, unos ojos vidriosos que dicen muchas historias y piden amor y cariño a gritos.

No menos de eso fue lo que hasta ahora (hace ya seis horas del inicio de esta historia) es lo que ha obtenido esta compañía canina, empezando por comida y agua, una frazada para dormir y un rápido corte de pelo, que fue suspendido por la falta de luz ya dando las 7:30 de la noche. Muchas cosas hemos inferido a partir de su comportamiento y estilo, como por ejemplo, que lleva al menos un mes en su vida callejera y no hay más de 15 días de diferencia entre ahora y el día de su accidente. El departamento de criminología también determinó que era perteneciente a un hogar completo, específicamente de una niña, debido a su corte de pelo ya casi inapreciable, y el estilo del pelo de su cola, también ayudado por el hecho que no quiso comer una sola tortilla a la hora de alimentarlo, aceptando solo una taza de comida para perro y agua fresca.

Mientras se acostumbraba a la casa, mi shar-pei de 8 años de añejo lo miraba inquisitivamente, cosa que me extraño, dada la violencia con la que trata a otros perros y otras especies (ratas, gatos, ardillas, conejos, aves de todo tipo, insectos, alguno que otro humano), lo que me hizo pensar que después de todo, tiene algo de conciencia como para tratar tan amigablemente a un congénere lastimado en batalla; increíble pensar como algunos animales se comportan mas civilizadamente que varios seres vivos “inteligentes”.

La noche continua y para entonces ya teníamos su lugar designado para funcionar de cama provisional, el cual no tardó mucho en ser ocupado por el singular huésped que seguía masticando unas croquetas aun acostado y relajado, no creo que haya podido obtener una noche tan magnífica en las hostiles avenidas de Santa Tecla.

Son las 12:00 am del viernes, yo tengo un examen corto de Algebra Vectorial y Matrices hoy a las 9:30 am pero sigo escribiendo sobre mi nuevo amigo, el cual se encuentra a mi lado desde hace horas, masticando mas croquetas, cabeceando de lado a lado por el invasivo sueño que lo llena, bostezando y rascándose de una manera peculiar con su patita lastimada.

Por ahora, lo único que puedo pensar es en alimentarlo bien, bañarlo (un urgente corte de pelo) y buscarle un nuevo hogar, para lo cual, estaré alegre de considerar propuestas de adopción, en un lugar donde tendrá lo que necesita y lo que se merece, una familia que lo quiera.

Mi correo es el siguiente, en caso crean posible y estén dispuestos a cuidar de él: (he decidido no ponerlo en blogspot pero pueden enviar un comentario o mensaje)